miércoles. 24.04.2024
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Los okupas se las saben todas. Son palabras de la letrada de Fincas Santander, María Teresa Bautista, que dan cuenta de la situación que se está produciendo en Fuerteventura desde hace unos tres años en los que llegó el movimiento de personas usurpadoras de vivienda con un perfil de claro trasfondo social antisistema. Una modalidad de okupación muy extendida en zonas como Caleta de Fuste o Costa de Antigua donde los asaltadores de vivienda actúan en inmuebles de todo tipo, incluso en las urbanizaciones más lujosas. Las asesorías y administraciones de fincas alertan sobre la situación y aconsejan a los titulares de las viviendas extremar la vigilancia y adoptar las medidas de seguridad que estimen oportunas. Una vez dentro, poco se puede hacer. Estas redes están muy bien asesoradas, advierte Bautista, y el gobierno, garantista, protege sus derechos mermando los de los propietarios.

Vías de respuesta

Si no le pillan “in fraganti” ocupando la vivienda, solo quedan la vía administrativa, penal o civil para evitar que el usurpador continúe habitando una vivienda que no es de su propiedad. Con la primera se podría lograr una multa de entre 100 y 600 euros pero no recuperar el inmueble, explica Bautista. En la vía penal el titular de la vivienda se arriesga a no ganar el juicio por lo que la letrada suele aconsejar hacer uso de la vía civil.  “Se gana sí o sí” aunque, reconoce, se precisa dinero y tiempo. Pocas veces menos de ocho meses.

Okupas, un movimiento organizado con asesores jurídicos