viernes. 29.03.2024
Visita no autorizada a la Montaña de Tindaya.
Visita no autorizada a la Montaña de Tindaya.

Sin ningún pudor, se suben a la montaña sagrada y exhiben las imágenes en sus redes sociales. Está prohibido visitar Tindaya sin permiso -así está señalizado en un cartel al pie de la ladera-, pero eso no impide que numerosos visitantes, algunos incluso, de manera consciente, se salten la norma para conseguir su preciada foto.

Aunque no llega a la masificación de otros espacios naturales de la isla, no son pocas las imágenes que aparecen en las redes, y las visitas incontroladas son habituales en la montaña mágica, como ha denunciado la Asociación Patrimonial El Efequén. En el mes de mayo, este colectivo presentaba una denuncia ante la Guardia Civil, tras detectar que una empresa organizaba excursiones a Tindaya sin autorización, e igualmente exhibía las imágenes por Instagram para atraer a nuevos clientes.

La empresa denunciada, que se define en Instagram como de "excursiones turísticas", en su web promociona  principalmente actividades de naturaleza esotérica, asegurando practicar "una brujería diferente, llena de espiritualidad, respeto, amor y dedicación. Si hay una brujería diferente, esa es la brujería canaria, que te ayuda a descubrir, desarrollar y expandir tu bruja o brujo interior".

Tras el expediente sancionador, las imágenes de sus visitas a Tindaya desaparecieron, aunque el Efequén las conserva como prueba. No obstante, esta empresa continúa ofertando, a un precio de 30 euros por persona, una excursión en otros puntos de Canarias, titulada como la "Ruta de Montañas Sagradas y Orbes". Su promotora, que no ofrece su nombre, asegura contar con formación en etnografía y senderismo, y estar diplomada como terapeuta, meditaciones o canalizaciones.

En ocasionas, las visitas no autorizadas son con animales de compañía.
En ocasionas, las visitas no autorizadas son con animales de compañía.

Otros usuarios de las redes exhiben también sus imágenes sobre la montaña, a veces con sus perros, como hizo este año un visitante de nacionalidad alemana. Otro, de nacionalidad italiana, admite abiertamente haber subido sin autorización, aun a sabiendas de que el permiso era necesario. Presentándose como un experto montañero, dice no recordar "la última vez que me lesioné en una caminata". Sin embargo, explica en su post, "la montaña sagrada de Fuerteventura quería que le pidiera permiso. No lo hice", y como consecuencia, la montaña tomó represalias en forma de lesión.

El Efequén, colectivo de reciente creación cuya actividad principal es la de conservar y divulgar el patrimonio majorero, destacaba en su denuncia que "este no es el único caso donde constan documentos gráficos en los que se puede observar a decenas de personas que acceden a la Montaña". "En alguna ocasión, se trata de grupos turísticos organizados", y añaden que "tampoco es el único yacimiento que está sufriendo el acceso descontrolado de visitantes sin asesoramiento, causando un indudable deterioro a nuestro patrimonio".

Esta asociación ya ha levantado la voz en anteriores ocasiones, señalando que "urge la toma de medidas institucionales que aumenten los recursos humanos para la vigilancia del patrimonio insular". Y añaden que "desde nuestra Asociación, consideramos que también hacen faltas medidas administrativas y punitiva que ejerzan un efecto disuasorio sobre esta triste situación".

Cabildo y Gobierno admiten las visitas incontroladas

En declaraciones recientes a Cope Fuerteventura, se pronunciaron sobre las visitas incontroladas a Tindaya Nona Perera, directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, y Rayco León, consejero de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo.

Tindaya cuenta actualmente con dos figuras de protección de alto rango, su declaración como Monumento Natural, y el Bien de Interés Cultural que valora y protege los grabados rupestres, los célebres podomortos, localizados en la cima de la montaña. Ambas administraciones son competentes, el Cabildo Insular y el Gobierno de Canarias, pero cualquier actuación en la montaña se encuentra en suspenso, a la espera de que concluya expediente iniciado por el Gobierno regional.

La Viceconsejería de Cultura y Patrimonio Cultural del ejecutivo regional ha iniciado un expediente de oficio para ampliar el BIC de los Grabados Rupestres de Tindaya a todo el entorno de la montaña, una iniciativa que ha encontrado la oposición de la consejería insular de Cultura y Patrimonio Histórico en forma de alegaciones, todavía pendientes de resolver.

Nona Perera comentaba en esa entrevista, realizada el 14 de julio, que "anteayer por la tarde estaban pisoteando los podomorfos", confirmando que "por supuesto, soy consciente que es habitual, no puedo mirar hacia el otro lado. Lo que está pasando en Tindaya es muy grave. Imagínense que los calcos que yo hice para mi tesis doctoral, no tenían tantos grabados. Eso significa que el deterioro es tan galopante, que han aparecido nuevos motivos". Las visitas continuas dañan los podomorfos, explicó la directora general, pues "se va deteriorando el suelo, y se quedan al descubierto. Eso tiene consecuencias graves para el conocimiento, porque nos estamos cargando el registro fértil que es donde podemos leer qué actividad desarrolló la población aborigen en Tindaya".

Nona Perera y Rayco León.
Nona Perera y Rayco León.

Por su parte, Rayco León señalaba que "cuando se alerta de visitas, se actúa desde la inspección patrimonial o desde los agentes de Medio Ambiente, y se producen sanciones, no solamente en la Montaña de Tindaya, sino también a otros yacimientos, por supuesto", aunque también reconocía la necesidad de incrementar la vigilancia, pues "desgraciadamente, tenemos muchísimo patrimonio que proteger, y vivimos en una isla muy extensa".

Por otro lado, las propuestas para mejorar la conservación de Tindaya son distintas desde ambas administraciones. Desde el Cabildo Insular, Rayco León considera que "actualmente, lo importante es proteger la parte patrimonial y natural que tiene la montaña, y por eso seguimos proyectando un sendero que permita las visitas", el cual evitaría que "de forma errónea o sin querer, esos senderistas pueden pisar y dañar las placas que contienen los grabados rupestres". Pero la implementación de ese sendero, lamentó, "está parado precisamente por la incoación de ampliación del BIC. Es un poco contradictorio, que aquello que está llamado a protegerlo, impide que se desarrolle la actividad que evitaría la principal amenaza que tiene la montaña".

Por su parte, Nona Perera reconocía también que "la responsabilidad es compartida, por mucho que el Cabildo se empeñe", y que "si no trabajamos con la ciudadanía, poco podemos conseguir. Hay que dar datos a la ciudadanía, y darles la responsabilidad que la ley le otorga". En este sentido, en días previos a su entrevista, la directora general daba a conocer dos iniciativas que incidirían en la conservación de Tindaya, una orientada a la formación, y otra de voluntariado.

"Hemos presentado un proyecto de voluntariado a nivel arqueológico. Hay un curso de formación general, y otro específico", actividades que estarán tuteladas por arqueólogos especialistas. "Con la federación ecologista Ben Magec, estamos preparando un programa de voluntariado también para la vigilancia de Tindaya", explicó.

María Antonia Perera, que en su actividad profesional es investigadora en el ámbito de la arqueología, considera igualmente que "la única posibilidad de poner en funcionamiento las visitas de un yacimiento es crear un parque arqueológico". Aunque en el caso concreto de Tindaya, "otra cosa es discutir si vale la pena hacer visitas de día. Si es para disfrutar del paisaje, bien, pero si es para ver los grabados, poco ves", dijo en relación a que los podomorfos son menos visibles con luz diurna. "Por lo tanto, se tiene que crear un centro de interpretación donde se facilite a la ciudadanía el conocimiento de esas expresiones rupestres que por el día no los puedes ver, aunque subas".

El Efequén pide un cuerpo específico de vigilantes y parques arqueológicos

El presidente de la asociación El Efequén, Federico Martín, considera "una pena que nuestro patrimonio histórico, y en especial el arqueológico, esté desapareciendo en Fuerteventura y en toda Canarias", debido a motivos como "la falta de información y educación en las escuelas". "El escaso valor que el dan nuestros gestores políticos", valora Martín, "al final produce que nuestra historia desaparezca a pasos agigantados".

En cuanto a las soluciones que propone el colectivo para evitar daños y expolios al patrimonio, considera que "se debería crear un cuerpo de vigilantes, solo y exclusivamente dedicado al patrimonio, ya que los agentes medioambientales son insuficientes para una isla tan extensa. También pide "reforzar la plantilla de Patrimonio del Cabildo", actualmente escasa de recursos humanos "debido a algunas bajas", y contar "al menos con dos inspectores, pues uno solo no puede con tanto trabajo".  

En el caso concreto de Tindaya, valoró, "debería terminar de una vez por todas la pelea entre administraciones, y declarar como BIC la totalidad de la montaña. Hay elementos suficientes alrededor de su base para ello", y propone "rutas guiadas y controlar a todas las personas que quieren subir a admirar los grabados". También invitan a las instituciones a "crear parques arqueológicos en los distintos municipios", que dieran lugar "a una ruta turística que ponga en valor el patrimonio arqueológico, y le dé visibilidad de cara a los visitantes".

Las visitas ilegales a Tindaya son constantes y se exhiben por Internet