jueves. 25.04.2024

El Refugio Majorero atiende a unas 250 familias vulnerables de Puerto del Rosario. Las demandas de ayuda se han disparado tras la pandemia y prácticamente se han duplicado pero, a pesar de la necesidad, la asociación asistencial cerrará sus puertas por no poder hacer frente al abono del alquiler del local ubicado en el barrio capitalino de El Charco.

olga.usuaria-refugio-majorero

Así lo anunció la responsable de logística de la entidad, Ana Ruth Cerón, en una entrevista este jueves en Cope Fuerteventura, donde aseguró que había solicitado ayuda en el Ayuntamiento capitalino y en el Cabildo. Todavía no ha conseguido cita en la corporación local y la institución insular “nos ha prometido algo para abril de 2021”. Si bien es cierto que mantiene un convenio con el Refugio “el dinero está destinado para la contratación de una trabajadora social y no se puede derivar al pago del alquiler”. En esta tesitura no queda otra, lamentó, que cerrar las puertas “si no conseguimos ayuda”. De momento, “tras lograr una donación particular”, esta entidad, que corresponde  a la Obra Social de la Iglesia Berea, continuará su labor hasta el próximo mes de noviembre.

Para los usuarios, como Olga Saleg, esta situación provoca gran incertidumbre y malestar. Con una hija de diez años a su cargo, contempla el futuro con preocupación. Llevaba poco tiempo trabajando en una empresa cuando se decretó el estado de alarma y fue despedida de forma improcedente porque los responsables del negocio no quisieron incluirla en el ERTE. Tras agotar la prestación por desempleo, dispone de una ayuda de poco más de 400 euros -por menor a su cargo- que concluirá en noviembre. Asegura que “no sale nada de trabajo” y que ha solicitado cita en los servicios sociales que no la atenderán hasta el mes de diciembre.

En parecida situación se encuentra Honorio Díaz, trabajador del aeropuerto que vivió en situación de ERTE durante el estado de alarma y que, cuando se suspendió, resultó despedido. Acudió entonces a pedir ayuda a los Servicios Sociales del Ayuntamiento capitalino que lo atenderán el próximo 26 del presente mes. Tras preguntar qué podría hacer para salir del paso, fue la misma corporación la que le derivó a Misión Cristiana Moderna o al Refugio Majorero.

La misma institución a la que ahora los usuarios y voluntarios del Refugio piden ayuda para seguir ofreciendo comida, a través del Banco de Alimentos, alimento perecedero donado por comercios y ropa. También hacen un llamamiento a la ciudadanía que esté en disposición de colaborar para poder continuar prestando asistencia.

El Refugio Majorero cerrará sus puertas por falta de ayuda