Queda claro que no todo vale, y los carnavales al precio de la salud de pueblo es un claro ejemplo de ello, pero no solo a costa de la salud, también a costa de la gobernabilidad del propio ayuntamiento capitalino.
La alcaldesa Astrid Pérez y su edil de festejos, Encarna Páez viven en una realidad paralela y en una constate revancha contra el cabildo.
La concejala de festejo celebrará carnavales sí o sí, pero luego que no eche balones fuera con las consecuencias que eso puede traer en un momento decisivo y crucial, que dirá si salimos de esta dura pandemia o se agravarán las cosas.
Otras islas han retrasado la celebración de esta importante fiesta ¿Por qué en Arrecife no se hará igual?, la respuesta es fácil, CC y PP están ya en campaña y están tratando de captar el voto negacionista.
CC y PP están más agresivos y con palabras más típicas de tiranos chabacanos que de personas que profesan el diálogo y la mediación.
Y digo que han perdido la empatía, sí, porque no están siendo empáticos con quienes perdieron a familiares a causa de esta sexta ola de la que estamos en proceso de salir. (recalco que aún estamos en ella) esos familiares merecen respeto.
Primero quería quitar el autocovid y hasta pusieron un plazo, luego se lavaron las manos y dijeron que ellos no tenían nada que ver, luego querían moverlo unos metros y ahora quiere hacerlo en tres puntos diferentes.
¿Irá Encarna Páez a supervisar que se cumplirán las medidas sanitarias?
Este año las agrupaciones de murgas han decidido no participar, y mira que es una pena, porque tendrían suficientes letras como para poner colorado a todo el ayuntamiento de Arrecife.
Bueno, ¿Quién sabe? Con la actuación de Coalición Canaria y el Partido Popular, igual nos sorprenden convirtiéndose en una murga.
Al fin de cuentas, Coalición Canarias es el Partido Popular con un Timple.