viernes. 26.04.2024

Las aspas de los aerogeneradores parten a los guirres por la mitad

El parque eólico de Puerto del Rosario, instalado por la empresa Naturgy, se encuentra detenido, tras provocar la muerte a dos ejemplares de guirre, uno de ellos una hembra reproductora, en un periodo de dos semanas. El investigador del CSIC José Antonio Donázar, con más de veinte años trabajando en la recuperación de la especie, explicó en Cope Fuerteventura que los estudios científicos no se tuvieron en cuenta en el proceso de evaluación ambiental 

Guirre electrocutado, en una imagen de archivo de Ecologistas en Acción.
Guirre electrocutado, en una imagen de archivo de Ecologistas en Acción.

Testigos presenciales del guirre que apareció muerto bajo las aspas del aerogenerador situado junto al Parque Tecnológico, relataron que el ejemplar se encontraba gravemente mutilado, con su cadáver dividido en dos partes, según fuentes cercanas a la Agencia Canaria de Protección del Medio Natural. En un periodo de dos semanas, el parque eólico de Puerto del Rosario, instalado por la empresa Naturgy, ha provocado la muerte a dos ejemplares de la especie (Neophron percnopterus majorensis), los días 11 y 18 de marzo.

El suceso ha dado lugar a la paralización cautelar del funcionamiento de los molinos objeto de la colisión, informó el Cabildo de Fuerteventura, tras los informes de los Agentes de Medio Ambiente, y "como viene reflejado en la declaración de evaluación de impacto ambiental del parque, que especifica su detención en el caso de producirse daños en fauna en peligro de extinción o especies vulnerables".

Sin embargo, como explicó en Cope Fuerteventura el investigador del Departamento de Biología de Conservación de la Estación Biológica de Doñana, entidad dependiente del CSIC, José Antonio Donázar, los estudios científicos existentes sobre la especie no se tuvieron en cuenta en el proceso de evaluación ambiental que permitió la instalación del parque, propiedad de la empresa Naturgy.

Donázar, con más de veinte años de trabajo en la conservación de la especie, señaló que "han sido dos muertes en una semana que no nos han pillado de sorpresa, porque desde el primer momento sabíamos que era una zona utilizada por los guirres. Lo lamentable es que los estudios de impacto ambiental no contemplaban los informes de la Estación Biológica, y que tiene el gobierno de Canarias", entidad que autorizó la instalación de los aerogeneradores.

Guirre muerto.
Guirre muerto.

Desde la Asociación de Vecinos El Time Limpia y Sostenible, que desde el primer momento alertó de estas deficiencias, indicaron que "el estudio de avifauna está sin firmar", y que "es vergonzoso que se tenga que demostrar lo que ya avisamos cuando se aprobó esa declaración de impacto ambiental", declaró un portavoz del colectivo.

"El impacto de los parques eólicos, con datos científicos en la mano, no son una causa menor en la muerte de aves", subraya José Antonio Donázar. "Pueden morir más en tendidos eléctricos, o por atropellos, pero los molinos matan selectivamente a especies que llamamos de larga vida, como el guirre. Investigadores de la Estación Biológica hemos publicado estudios al respecto, alertando del peligro que suponen. En su momento, se hicieron estudios para el Gobierno de Canarias con un mapa de riesgos en Fuerteventura, no solo para el guirre, sino también otras especies, las aves esteparias, etc.", en los que, según el investigador, "se podrían ver las zonas con menos riesgos".

Desde la asociación El Time Limpia y Sostenible, explican que las aspas de los molinos son como cuchillos, cuyos extremos pueden alcanzar los 100 kilómetros por ahora. Cada aerogenerador sería el equivalente a un campo de fútbol dando vueltas en el aire, y en el parque eólico de Naturgy en Puerto del Rosario, se han instalado ocho de ellos de manera dispersa, en el entorno de hasta cinco zonas de nidificación del guirre.

La vigilancia permanente, única medida correctora

El peligro que suponen los aerogeneradores para los guirres lo confirma el investigador del CSIC, indicando que, "con la velocidad a la que van las aspas, y la energía de inercia que tienen, solo con un roce los mata. Las aves tratan de evitar las aspas, pero vemos que muchas veces no pueden". En el caso de aves más pequeñas, o en animales similares como los murciélagos, "es incluso más grave", pues "mueren muchísimos murciélagos en los molinos, decenas de miles, por la diferencia de presión que provocan las aspas. Los revienta por dentro. Eso se llama barotrauma".

Ejemplar de guirre joven.
Ejemplar de guirre joven.

Una vez detenidos los aerogeneradores, y al igual que ha ocurrido con otros parques eólicos de la isla, "probablemente habrá que poner vigilancia permanente", explica José Antonio Donázar, puesto que se trataría de "la única medida correctora que se ha visto que funciona. Se han intentado otras, como el pintado de las palas, o sistemas acústicos que detectan el movimiento de las aves y se activan. Pero la evidencia científica es que no funcionan. La vigilancia sería la única medida correctora, o atenuadora", y según experiencias anteriores, consiste en contratar la presencie de vigilantes que detienen el giro de las aspas ante la presencia de aves en la zona.

En cuanto a la responsabilidad, si corresponde a la empresa o al Gobierno de Canarias, Donázar detallo que el asunto "ya está en los tribunales", no únicamente a tenor del proceso administrativo iniciado por la Agencia de Medio Ambiente, sino porque también "hay denuncias de entidades privadas".

El grave impacto de los aerogeneradores a especies de larga vida como el guirre

De los dos guirres muertos en el parque eólico de la capital majorera, uno sería un macho joven de unos dos años de edad, y la segunda una hembra reproductora. Esta circunstancia supone un revés para la especie, dado que las hembras "ponen habitualmente un huevo al año, a veces dos, pero es muy raro. Es una especie de larga vida, que puede vivir unos veinte años. En la península, hemos visto alimoches de hasta 30 años". Así que "cuando muere un ejemplar adulto, el impacto para la especie es muy grande", lamenta el investigador de la Estación Biológica. 

"Cuando empezamos a trabajar con el guirre en 1999 en Fuerteventura, había dos decenas de territorios (parejas reproductoras) y unos 90 ejemplares en total. Más de veinte años después, nos encontramos con 90 territorios entre Fuerteventura y Lanzarote, y unos 400 ejemplares en total". El Proyecto Life del Guirre (2004-2008) y "nuestros estudios previos supusieron un punto de inflexión, un cambio de tendencia en la población de guirres. Vimos los problemas, y se propusieron soluciones que adoptó la administración. Es un ejemplo muy bonito de cómo se puede mejorar la situación de una especie en peligro, uniendo la ciencia con la administración".

Entrevista completa a José Antonio Donázar en Cope Fuerteventura: https://fb.watch/bXW7jnRbTN/

Las aspas de los aerogeneradores parten a los guirres por la mitad